sábado, mayo 12, 2007

ANÁLISIS SOCIO-CRÍTICO DEL CUENTO
“LA SEÑORITA CORA” DE JULIO CORTÁZAR


Julio, Julito, el gran crónopio; el maestro, el genio del cuento y el relato breve. Argentino, latinoamericano soñador e inspirador de estas letras que a través de sus cuentos: Final del Juego, historias de Crónopios y de famas, Bestiano, Las armas secretas entre otras, han revolucionado el ámbito cultural Hispanoamericano, integrándose al Realismo mágico, al tan llamado y famoso realismo mágico, otro. Otro no. Sino el autor el amigo, el conspirador de las palabras, el confidente de todos sus lectoras, el que falleció en París; ciudad como dice Gabo van los escritores suramericanos a escribir o ciudad como dice Heminguey van los buenos norteamericanos a morir.

La Señorita Cora a parte de ser un cuento desarrollado en un medio hostil y frío como lo es un hospital donde se empeñan en tratar la dolencia y no al paciente, llevando a sus usuarios a un camino sin retorno: enfermedad tras enfermedad, vacío tras vacío, trastocado en el pensamiento por la muerte y el desamparo, es también un cuento experimental ya que transgréde el paradigma de las historias contadas desde la perspectiva de un solo narrador, aquí cada personaje interviene en la historia, en el relato, construyendo su propio discurso narrativo; como lo mostraremos a continuación:

“No entiendo por qué no me dejan pasar la noche en la clínica” Narrador Madre.

“…Mamá cree que soy un chico y me hace hacer cada papelón” Narrador Pablo.

“El nene de mamá ya no esta tan garifo como ayer” Narración de Cora.

“Nunca entendí mucho a Cora” Narrador Marcial.

“Usted quédese, señor Moran” Narrador Médico Suárez.
Siendo la narración el hecho de narrar en sí mismo, es decir, el acto o enunciación narrativa que produce el relato tal como lo expresa Genette.

Todo este análisis de cierto modo estructural es solo para explicar la congruente multivocidad narrativa presente en el cuento, queriendo representar tal vez esa gran variedad cultural de América Latina, haciendo un llamado de atención a cada lector, a cada habitante de esta región transparente y mágica para que asume o desempeñe de manera incipiente su rol o papel en ese engranaje pluralista que se llama Sociedad, demostrando una vez más que el escritor reacciona ante el sistema de creencias, inquietudes, valores, etc., de la sociedad de su tiempo aceptándolos o rechazándolos. Y a la inversa, el escritor la plantea a la sociedad problemas y soluciones, unos comportamientos e ideales, que esta no había concebido; como lo afirma María Angeles Maeso en los temores de los poetas.

En la Señorita Cora también se ponen en juego a la conciencia y lo que acontece ella con el tiempo; los remordimientos los cuales marcan la relación entre las fantasías y realidades adolescentes representados en Pablo y el menosprecio representado en Cora: en un principio la enfermera es distante y frígida, pero al final es más amable y familiar, quizás por la nueva operación de Pablo y el estado tan lamentable en que lo veía: pálido, triste, vomitado; entonces incito en ella ese lado benévolo y alegre de ayudar a alguien que verdaderamente lo necesita o por el temor de que Pablo dijera algo sobre su amorío con Marcial, el anestesiólogo. Se puede ver claramente las actitudes y sentimentalismo que provocan cuando somos intimidados por personas ajenas al diario vivir, afectando nuestra cotidianidad y nuestra intimidad; sobreentendiendo además los pedestales jerárquicos en que transcurre la historia y la realidad: usted me llama así porque yo mandó, usted hace esto porque yo tengo el poder y cuando se rompen esos cánones tradicionales; el mundo artificial de las clase sociales se confunden y derrumba, volviéndose a reconstruir formando un circulo vicioso inacabable. No hay salida.

Sería mejor, como dice Pablo quedarse dormido, porque dormido no siento dolor, tristeza, incertidumbre, rabia, soledad y por consiguiente evado la realidad, los problemas, pero a ese punto es al que quiere llegar el autor, que despertamos del lánguido sueño y nos enfrentamos a los miedos y dudas que alberga la conciencia y de una vez y por todas nos comprometamos con nosotros mismos y con nuestros hermanos a sobrellevar la carga que impone la sociedad.

1 comentario:

CARLOS ARTURO GAMBOA dijo...

Se puede enriquecer este abordaje con puntualizaciones teóricas...